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viernes, 22 de abril de 2011

FCBBNO Reconocimiento bahiense a DÁbreu

 


En ocasión de la llegada de D´Abreu, a Bahía Blanca, pocos meses después de otorgada la concesión, El Porteño, decía (pomposamente) en su edición del 03 de enero de 1.888:
“Tenemos una deuda contraída, pero una de aquellas deudas hijas del deber, que las impone la nobleza del carácter  y cuya cancelación, tratándose de colectividades concientes, no se difiere y menos se olvida.
Esa deuda la hemos contraído con un hombre que une a su modestia ingénita un talento superior, un espíritu emprendedor, una perseverenacia ejemplar, en una palabra una inteligencia y un carácter, una voluntad y una fuerza para cumplirla.
D´Abreu seis años ha, cuando apenas Bahía Blanca nacía a la civilización, diremos así, apenas sus contornos de pueblo se dibujaban, atrayendo sobre sí las miradas de los hombres de estudio, D´Abreu con la visión clara y serena del futuro, dilataba ante su rica imaginación el porvenir inmenso de esta ciudad y trazaba con mano firme y serena, con su corazón henchido de esperanzas, las líneas de un Ferro-carril que había de transformar en poquísimos años la suerte de Bahía Blanca, acelerando rápidamente su marcha hacia los grandes destinos que le están deparados.
Solo en la demanda, con fe inquebrantable en la bondad de su proyecto, sin doblegarse ante las contrariedades, año tras año veía postergarse la sanción de ésa su aspiración dominante, y año tras año insitía, perseveraba, luchaba sin tregua ni descanso, porque no concebía su espíritu recto que el parlamento argentino pudiera desechar esa su iniciativa, que más de mezquino interés personal, era de inmenso interés y beneficio no solo para las ricas comarcas afectadas por ese proyecto, sino para el país en general.
La sanción, unánime en ambas Cámaras, vino al fin a cederle la razón, a constatar la inmensa utilidad pública de esa empresa, que venía a abrir horizontes dilatadísimos a este suelo privilegiado, que solo necesita de la acción inteligente de los hombres de iniciativa y carácter para llegar al pináculo de su grandeza.
Desde ese día, es decir, desde el día que se sancionó definitivamente ese proyecto, seis años ha concebido cuando este pueblo era apenas un fronterizo villorrio, desde ese día decimos, Bahía ha visto desenvolverse ante su mirada ávida e inquieta, todo el panorama de sus  grandes destinos futuros y formando conciencia irrevocable de la misión elevadísima que le toca cumplir en el torneo del progreso y civilización de la gran familia argentina.
El triunfo de D´Abreu ha sido el triunfo de Bahía Blanca, ha sido la sanción irrevocable de su porvenir, la conquista de una victoria que tiene todos los grandes contornos de la revelación hermosa de sus destinos.
Por eso Bahía Blanca tiene en ese caballero su mejor amigo, el más entusiasta apóstol de sus ideas, su más esforzado campeón en la lucha por su engrandecimiento, así que al tributarles el homenaje de nuestras simpatías no hacemos sino cumplir con un deber austero, cancelar es deuda de gratitud hoy que propicia ocasión se nos ofrece.
Pero no olvidemos que en ésta lucha d´Abreu ha tenido también sus colaboradores. En primera línea se destaca la simpática personalidad del Dr. Filemon Posse actual Ministro Nacional, que mañana será nuestro huésped (en realidad Posse no pudo realizar el viaje), no olvidemos al dr. Juan Angel Martinez, hoy juez de Primera Instancia y ayer periodista entusiasta por la causa de Bahía Blanca, y que también nos honra con su presencia y no olvidemos a tantos otros colaboradores anónimos diremos así, que en el periodismo argentino fueron defensores generosos de nuestra causa, en cuyas filas El Porteño ocupó el más humilde puesto.
Mañana llegarán a este pueblo esos caballeros. El vecindario representado por su comercio, sus propietarios, sus industriales, pobres y ricos, humildes o encumbrados, todos debemos hacer acto de presencia en la estación del Ferrocarril para dar la bienvenida a los distinguidos huéspedes y ofrecerles el testimonio de nuestro reconocimiento.”
Un típico día de verano bahiense (calor, viento y tierra) recibió a D´Abreu y comitiva en su llegada a Bahía Blanca, el 04 de enero de 1.888; sin embargo, pese a lo desapacible de la jornada una inmensa concurrencia saludó al mismo en la estación del Ferrocarril Sud, con banda de música incluída que, con anterioridad a la llegada del tren (18,00 hs.), a las 17,30 hs. de la tarde, había recorrido las calles de la población para recordar a todos que la hora de partida  hacia la estación había llegado.
Después de un refresco en el Hotel Germania, los huéspedes fueron llevados a comer, componiéndose la mesa de la siguiente forma:
D´Abreu, dr.  Juan A. Martinez, dr. Eduardo Copmartin, Juan Francisco de la Serna, Octavio Zapiola, Felipe Payró, Mariano Reynal, Pedro Jofré, Octavio Zapiola Salvadores, M. Aust, Roberto Payró, Francisco Maimó, Francisco Díaz, Tomás López Cabanillas, Juan Carlos Ortiz, Mariano Reynal (h).
La banda de música se quedó tocando durante la comida.
Al día siguiente D´Abreu y comitiva, fueron agasajados con un almuerzo campestre en el Bañado de Jimenez (hoy Parque de Mayo) ofrecido por propietarios y comerciantes de la localidad, y cuya organización estuvo a cargo de Pedro Jofré y Mariano Reynal (h).

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