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miércoles, 31 de agosto de 2011

1.911 – 1.912, inmigración por el muelle de hierro del F.C.S.

Debido a que la inmigración europea se establecía preferentemente en la ciudad de Bs. As. y sus alrededores, se trató de encauzar la misma hacia el interior del país, a través del puerto de Ingeniero White en Bahía Blanca.
Asimismo para el alojamiento de los inmigrantes se construyó un edificio en calle Saavedra Nº 965, que estuvo ocupado por efectivos militares, hasta que en el año 1.911 se destinó al uso específico, como Hotel de Inmigrantes.

Hotel de inmigrantes ocupado por tropas
Una Comisión de Inmigración se formó a efectos de realizar la recepción del primer contingente de inmigrantes y fue designado como presidente de la misma al sr. Arturo H. Coleman, Superintendente Seccional de Tráfico del F.C.S.
Comentaba el diario El Censor, en su edición del viernes 17 de febrero de 1.911, sobre el nombramiento antedicho:
…“El señor Coleman como presidente de la Comisión, no dudamos que hará mucho en bien de la inmigración directa, tanto provocando su llegada, como gestionando la colocación de los inmigrantes que arriben a nuestras playas”…
El 21 de febrero se realizaba una visita de inspección al Hotel de Inmigrantes a la que concurrieron el Secretario General de Inmigración, dr. Juan Carlos Durán y el Jefe de la Oficina de Publicidad, de la mencionada repartición, dr. Antonio Giménez, miembros de la Comisión de Inmigración y representantes de diarios locales.
El sr. Infante secretario de la Comisión invitó a los presentes a conocer el interior del hotel.
Decía el cronista, de El Censor, en la edición del 22 de febrero de 1.911:
…“Los dormitorios son unos amplios salones que responden perfectamente al objeto para que se les destina; se encuentran bien ventilados y al propio tiempo reúnen las condiciones las condiciones necesarias de abrigo para la época de invierno.
Las camas son todas de hierro y su forma es la más práctica para la comodidad dentro de la higiene de los que deban ocuparlas, pues en vez de muelles de alambre tienen una fuerte loneta que sin trabajo alguno se pueden quitar cuando se desee.
El comedor también es amplio y posee el número de mesas que cómodamente se puedan colocar; sus paredes se hallan  blanqueadas, los pisos escrupulosamente aseados y hay en el salón suficiente números de bombillas eléctricas, aunque según entendemos, su uso no será necesario, pues las horas de las comidas, aún en tiempo de invierno son aquellas en que la luz natural no ha sido sustituída todavía por las tinieblas de la noche.
La cocina es una pieza de regular tamaño y que cuenta con los aparatos necesarios, encontrándose lista para prestar servicios a la llegada de los inmigrantes; nada falta allí y hasta los más insignificantes detalles han sido atendidos para que no haya retraso en las comidas y todo funcione de la manera más conveniente.
Lo que por ahora sufre deficiencias es el servicio de enfermería, pues no hay más que una pequeña pieza para recibir unos pocos enfermos y no existen las drogas necesarias para atender a su curación; sin embargo como se supone que cuando el desembarque les es permitido a los inmigrantes es porque gozan de perfecta salud, las enfermedades en el hotel serán apenas casos excepcionales, los que podrán atenderse en la pequeña sala destinada a enfermería, si no se trata de enfermedades graves.
Además el secretario sr. Infante nos informó que está en la mente de la Comisión mejorar esta deficiencia pues ha sido imposible atender en poco tiempo a tantos detalles.
En el centro del hotel se levanta otro gran salón que será utilizado como dormitorio, llegado el caso; ahora se está preparando convenientemente por ser allí donde ofrecerá su conferencia el secretario del departamento de inmigración sr. Durán.
La Comisión de Inmigración no se a limitado a atender a las necesidades corporales que puedan tener los inmigrantes, sino que también considerando que entre ellos no faltarán algunos que tengan afición por las letras, ha destinado un salón para lectura. Ciertamente que éste es muy pobre, pues solo cuenta con algunos folletos del Ministerio de Agricultura, pero se espera que más tarde sea posible hacer adquisición de un número conveniente de libros.
En las paredes de este salón hay mapas de la República Argentina y especialmente de la provincia de Buenos Aires, lo que a nuestro juicio es muy plausible, pues en esta forma adquirirán los inmigrantes conocimientos útiles sobre el país que les brinda su hospitalidad.
Fue para nosotros muy satisfactorio ver en todos sus detalles el Hotel de Inmigrantes, pues, con conocimiento de causa podemos expresar nuestras impresiones sobre él.
Tanto los doctores Durán y Giménez, como también los miembros de la Comisión, merecen nuestro aplauso, por la manera desinteresada y patriótica como prestan sus servicios en bien de nuestra ciudad.”
La primera tanda de inmigrantes llegó al puerto de Ingeniero White el 26 de febrero de 1.911 :
…“componiendo un grupo de 160 personas, todas ellas españolas, procedentes de Bilbao, Gijón, Vigo y Cádiz, hombres robustos y bien presentados, cuya juventud representaba toda una promesa de actividad”… (1)
Este contingente llegado en el vapor Santos, fue recibido en el muelle de hierro del F.C.S. en Ingeniero White por el secretario de la Dirección Nacional de Inmigrantes, doctor Juan Carlos Durán.
A efectos de facilitar el traslado de los pasajeros y el equipaje, se colocaron coches del F.C.S. en el mismo muelle al que había atracado el buque.
Vecinos de Bahía Blanca, en buen número, acompañaron a los recién llegados hasta su alojamiento.
…“Posiblemente ningún grupo de inmigrantes recibió jamás en el país, una bienvenida semejante”…
…“El Hotel de Inmigrantes, iluminado y embanderado, más parecía un edificio engalanado para una fiesta, que una dependencia Nacional. Jardines cuidados, amplios y ventilados dormitorios, espléndido comedor, cocina bien instalada, sala de lectura y demás dependencias, esperaban a los primeros inmigrantes, admirados de semejante recibimiento. Estaba presente a su llegada , hasta una banda de música.
Posiblemente las atenciones de que fueron objeto en Bahía Blanca, colmaran cuantas ilusiones sobre la Argentina se habían formado”…(2)
El día 27 por la tarde el dr. Durán y una comisión de vecinos formada por Carlos Marenco, de la agencia del vapor Santos, Horacio Guido, Antonio Infante y Arturo H. Coleman ofrecieron una fiesta a los “supuestos” nuevos vecinos.
Durante la misma el secretario de Inmigración dirigió un saludo a los recién llegados:
…“explicándoles las posibilidades que el país otorgaba a todos los hombres que quisieran establecerse en él con sus familias, para trabajar en bien de la nación y en provecho propio y declaró inaugurado oficialmente el Hotel y con ello la entrada por Bahía Blanca (por su puerto) de sucesivos contingentes inmigratorios”…(3)
Pese a los agasajos, y demás, la inmensa mayoría de los recién llegados pidieron al doctor Durán que les facilitara el traslado a Buenos Aires donde contaban con familiares y conocidos.
Aunque fracasaba el propósito, de la Dirección de Inmigración, de establecer grupos de inmigrantes en el interior de la provincia, el nombrado no tuvo más remedio que acceder al pedido.
El segundo contingente de inmigrantes que arribó a Bahía Blanca, a través del puerto de Ingeniero White, lo hizo en el vapor Santa Fe, el 01 de julio de 1.911.
Tampoco los integrantes de este grupo quisieron radicarse en nuestra ciudad o en su zona de influencia por lo que se trasladaron también hacia Buenos Aires.
…“Preocupado el Gobierno para resolver la situación planteada con la irresistible atracción que Buenos Aires  ejercía sobre los inmigrantes, hizo que visitara a Bahía Blanca, el 08 de julio de 1.911, el dr. Cigorraga, con el propósito de cambiar ideas con el gerente del Banco de la Nación, don José Coelho, y los miembros de la Comisión Local de Inmigración, y preparar una reunión de comerciantes, industriales, hacendados y demás fuerzas vivas, para encontrar una solución al problema de radicar a los inmigrantes en la región. El doctor Cigorraga quería también interesar la buena voluntad de las autoridades, a favor del desenvolvimiento de la oficinas de inmigración”… (4)
Durante la reunión mencionada se propuso la formación de otra comisión (Comité Pro Inmigración) para que se encargara de promover, de modo efectivo, la radicación de los inmigrantes en Bahía Blanca y zona.
Este comité quedó formado de la siguiente manera:
presidente, Rufino Rojas, vicepresidente, Diego Geddes, secretario, Enrique Julio y pro-secretario Pedro Claise.
Como corolario de la reunión efectuada se enviaron dos telegramas:
“Presidente de la Nación, Buenos Aires.
Los que suscriben, vecinos de Bahía Blanca reunidos bajo la inspiración del distinguido Director de Inmigración doctor Manuel Cigorraga en el local del Banco de la Nación Argentina, han resuelto, adictos como son al programa que sobre la materia ha formulado V.E. y de su laborioso colaborador el señor Ministro de Agricultura, constituir un comité popular de inmigración de modo de propender se haga efectivo de un modo eficiente la radicación del inmigrado en los pueblos de ésta región y sus zonas tributarias, todo lo que se propone obtener por medios prácticos poniendo al servicio de la idea los entusiasmos más decididos de su patriotismo y los sentimientos de solidaridad por el progreso de la república y el mayor suceso del gobierno de V.E.”
El otro telegrama fue remitido al Ministro de Agricultura con el siguiente texto:
“A S.E. el señor Ministro de Agricultura doctor Eleodoro Lobos, Buenos Aires:
El señor doctor Cigorraga, cuyos prestigios sabe estimar el pueblo de Bahía Blanca, ha tenido la feliz inspiración de reunir en el local del banco de la Nación Argentina a lo más significado de este vecindario y después de haberle expuesto el programa inmigratorio de la República, en lo que se particulariza con Bahía Blanca, ha podido constituir un comité Pro Inmigración, decidido a secundar sus propósitos en la forma práctica que mejor resulte para el prestigio del país y la radicación eficiente del inmigrante en nuestro suelo.
A la vez de aplaudir efusivamente la actitud del señor Director de Inmigración, la reunión numerosa constituída en este momento, ha resuelto por aclamación enviar a V. E. éste saludo de aplauso y ponderarle su decidido empeño por cooperar a que el programa inmigratorio de S. E. el Presidente de la Nación, tenga en Bahía Blanca un colaborador entusiasta y eficiente.”
Los asistentes a la reunión fueron:
José Coelho, J.P. Simpson, Rogelio D. Chambost, Lázaro Costa, Dámaso Zubieta, Carlos Blessing, José Iturraspe, J. Julianez Isla, Mauro Freyre, Valentín Vergara, Norman M. Geddes, Augusto Guimaraes, Julián Pawly, Rifaut, Gervasio Diez, Arturo H. Coleman, Guillermo González, Angel brian, Juan Coelho, Jorge Moore, José M. Gorchs, B. Gutierrez, Ricardo M. Rosas, Rancisco C. Cordero y Urquiza, E. López martinez, Enrique Julio, Ricardo Ducós, Juan G. Franzetti, Juan Cámara, Fermín Faure, Rieggio Carneiro, J. A. Sureda, Ramón Olaciregui, Emilio Duprat, Antonio Aguirrezabala, Tiburcio Alcaín, Rufino Rojas, Juan M. Dallier, Tomás Gauss, José Croft, Francisco Cantón, Diego Bada, Isidro Pérez, S. Magazanic, Desiderio Rendón.
En octubre de 1.912 llega a Ingeniero White el vapor Santa Rita con 210 inmigrantes.
De esa cantidad unos 150 fueron repartidos entre La Pampa y la línea férrea a las provincias de Cuyo.
Los 60 restantes quedaron en Bahía Blanca hasta que fueron distribuídos en la zona.
Arturo Coleman tomó participación activa a efectos de encontrarles empleo y ubicación, actitud que le valió un reconocimiento por parte de la Dirección de Inmigración.
Según Coleman, el Santa Rita, fue el tercero, y último vapor, que trajo inmigrantes por el puerto de Ingeniero White.
Una crónica del diario El Censor, del 06 de noviembre de 1.912, informaba que el vapor, “Santa Fe”, de la Compañía Hamburgo Sudamericana, había llegado al puerto de Bahía Blanca, con 1.460 inmigrantes a bordo.
Los médicos del Departamento de Higiene doctores Cattaneo y Lucero inspeccionaron las condiciones sanitarias del contingente y constataron a bordo del navío un caso de viruela.
Comentaba el diario mencionado:
…“Los médicos que no conocían el procedimiento a seguir en este caso se dirigieron telegráficamente al Departamento Nacional de Higiene para saber que actitud adoptarían”…
En sucesivas ediciones del diario en cuestión y de otros diarios de la ciudad, de la época, no se hace mención al desembarco de los inmigrantes que llegaban a bordo del Santa Fe, por lo que suponemos que el mismo no se efectuó y, probablemente, el barco fue derivado a Buenos Aires a efectos de la cuarentena de rigor, en esos casos.

(1), (2), (3) y (4) Mi vida de ferroviario inglés en la Argentina, Arturo H. Coleman.


viernes, 12 de agosto de 2011

FCS 1912 ramal de Sierra de La Ventana al Club Hotel.

En el año 1.912 el F.C.S. fue autorizado por el Poder Ejecutivo Provincial para construir y explotar una línea férrea desde la parada Sauce Grande (después estación Sierra de la Ventana) al Club Hotel.
Según el diario El Censor, del 01 de octubre de 1.912:

“La empresa del F.C.S. ha sido autorizada por el Poder Ejecutivo para construir y explotar una línea férrea de Sauce Grande al Hotel Sierra de la Ventana.
El recorrido de esta nueva  línea alcanza a 18 km. y su construcción será iniciada una vez aprobados los planos, para terminarse en el término de un año.
Durante los primeros cinco meses la empresa pondrá un servicio de trenes reducido y, a medida que las necesidades lo exijan, lo irá aumentando”.

En la actual estación de Sierra de la Ventana se observa en el andén (en un sector próximo a los baños) un cordón de ladrillos paralelo a las vías; era el borde que limitaba el andén del trencito de trocha económica (0,762 m).
Desde este lugar partía el trencito hacia el Club Hotel.
Pasando frente al edificio de la estación, la vía se dirigía hacia donde está hoy el edificio de la Cooperativa Eléctrica, describía una curva y luego tomaba la dirección de la actual Avenida San Martín (en esa época una simple calle de tierra), y antes de llegar al actual hotel Atero cruzaba en diagonal la calle  y continuaba en dirección paralela a la misma. A unos tres metros de la línea de edificación, avanzaba paralela al camino de acceso al pueblo. A los 5 km (aproximadamente) se desviaba para internarse en el terreno serrano, en el que debieron realizarse grandes tareas de desmonte y terraplenado, construcción de varios puentes y alcantarillas.
Este ramal fue construído por el sr. Murray, ingeniero del F.C.S., y su uso era exclusivo del Hotel.
La vía llegaba a un andén cubierto situado entre el edificio  y el arroyo de Las Piedras, más tarde se amplió la línea en 2 km., con lo cual el tren llegaba a las puertas mismas del gran Hotel.
El ramal fue inaugurado el 01 de enero de 1914, según una guía comercial del F.C.S..
Este ferrocarril contaba, en su parque tractivo, con 2 máquinas tanque S V 1 y S V 2 de rodado 0-6-2, construídas en Inglaterra por Avonside.
El material remolcado estaba formado por  2 vagones cerrados Nº 1 y Nº 2 de 6 tons. cada uno de capacidad y 2 chatas Nº 21 y Nº 22, ambos tipos de 2 ejes.
El servicio de pasajeros tenía 2 coches de madera Nº 1 y Nº 2 con bogies,  para 28 viajeros de 1ra. clase y 7 de 2da., iluminados a electricidad.
Además, se agregaron más tarde 10 vagones Decauville, tolvas, sin cajas de eje, por lo cual, “se recalentaban  en el trayecto”, según crónica de Arturo Coleman.
Las lluvias torrenciales cortaron en distintas oportunidades las vías, debido a que  el agua en su descenso por los planos inclinados de las sierras provocaba el deslizamiento de los terraplenes.
Por distintas causas no pudo mantenerse abierto el suntuoso Hotel y el F.C. fue clausurado el 14 de marzo de 1.920.
El ramal fue desmantelado y el material rodante embarcado en vagones, en la estación Sierra de La Ventana y enviado a Buenos Aires.

Nota: S V en la identificación de las locomotoras hacía referencia al lugar donde operaban: Sierra de la Ventana.





Una de las locomotoras (SV)  Avonside con un coche de pasajeros frente al hotel, foto de época




Tren de tolvas reforzando el terraplén, atrás el majestuoso hotel, foto de época.




Trencito (Loco, cerrado de dos ejes y coche) con personal del hotel y ferroviario.
Foto de época colección Ferrowhite.


Trencito del FCS, foto de época colección Ferrowhite

Excursiones desde Bahía Blanca al Club Hotel.
El F.C.S. para la celebración de la Navidad y fiesta de Primero de Año, en 1.916, corría trenes especiales a Sierra de la Ventana  y de allí al Club Hotel, a través del ramal de trocha económica.
Los trenes salían de B.B.S. a las 15,00 hs, parando únicamente en Grunbein para tomar pasajeros que llegarían con el tren ordinario desde la estación Puerto Militar, que salía de ésta a las 14,42 hs, para llegar al hotel a las 18,10 hs.
Los trenes especiales de regreso salían de Sierra  de la Ventana a las 10,00 hs. en combinación con el tren que salía del Hotel a las 08.50, los días martes 26 de diciembre y 02 de enero, llegando a B.B..S a las 12,00 hs.
Desde Bahía Blanca se expedían los boletos especiales con tarifa reducida ida y vuelta al Hotel, a $ 9,50 m/n.
La administración del Club Hotel establecía precios muy reducidos, para los visitantes (pese a que era un hotel de categoría) durante esos días, cobrando un total de $ 25,00 m/n por persona desde la llegada al Hotel  el día sábado hasta la salida el día martes.
Para la ocasión en el parque y jardines del Hotel había atractivos especiales para los excursionistas:
“con el fin de hacer agradable la permanencia de los concurrentes”.
Los boletos de regreso, el día martes deberían ser canjeados en el Hotel por los cupones que serían entregados en Bahía Blanca a la ida.

jueves, 11 de agosto de 2011

FCS, 1911 - 1912 inaugura el Club Hotel Sierra de la Ventana

El Club Hotel fue inaugurado para la temporada de 1.911 – 1.912, tenía comodidad para más de 300 pasajeros y su administración estaba a cargo del F.C.S.
Los informes y reservas podían solicitarse al gerente del hotel o en las oficinas de informes del F.C.S., en Buenos Aires en Cangallo Nº 568 y en Bahía Blanca en Chiclana Nº 147.
El viejo edificio se encuentra ubicado, lo que queda de él, a 550 m sobre el nivel del mar al  pie de los cerros Colorado y Napostá (1008 m), entre los arroyos Belisario y de Las Piedras  (afluentes del río Sauce Grande), cercano a la villa conocida como Villa Ventana uno de los sitios más bellos de nuestro país, y tal vez, no lo suficientemente conocido.
Al hotel se lo consideraba como: “el único sitio ideal para veraneo de montaña, en toda Sud América”, probablemente se exageraba un poco en la publicidad; se decía además, que su edificio estaba construído “con todos los adelantos modernos y dotado de todo cuanto puede necesitar para su confort la persona más exigente”, y en esto no se exageraba nada; el hotel fue una maravilla para la época por las comodidades que ofrecía y por el majestuoso lugar en que fue construído.
Ubicado a pocos km. de la estación Sauce Grande (después Sierra de La Ventana), contaba con servicio especial de automóviles de la estación al hotel, con trenes rápidos de ida y vuelta, a una noche de Buenos Aires y dos horas y media de Bahía Blanca, todas las noches.
El F.C.S. ofrecía “boletos especiales de recreo”, en Buenos Aires (Plaza Constitución o en la oficina de calle Cangallo), Temperley y Bahía Blanca se expendían dichos boletos para la estación Sauce Grande, ida y vuelta, válidos para el regreso durante tres meses desde la fecha de la emisión.
Las tarifas de los boletos eran:
Desde Buenos Aires y Temperley $30,00 m/n y desde Bahía Blanca $ 6,00 m/n.
La construcción del hotel se realizó totalmente en mampostería de ladrillos comunes  (a tal efecto se montó parte de una  fábrica de ladrillos, que Ernesto Tornquist había adquirido en Europa), la estructura del entrepiso se realizó en hierro, la cubierta de la planta alta era chapa de hierro galvanizada, con cielorrasos de yeso y de madera, los pisos de madera y mosaicos formados por pequeñas piezas hexagonales.
Los trabajos de construcción del edificio, estuvieron a cargo de la empresa bahiense de Antonio Gerardi.
Las habitaciones contaban con baño privado (casi todas), y su disposición permitía la formación de departamentos para familias, con sala de recibo, comedor, etc. Había además un grupo de habitaciones para alojar al personal de servicio de los pasajeros.
El hotel poseía luz eléctrica, con una usina para tal fin, cámaras frigoríficas y garage para automóviles.
El Club Hotel ofrecía a sus huéspedes una serie de actividades: en el patio posterior, protegidas de los vientos dominantes por las alas laterales del edificio, había cuatro canchas de tenis, también contaba con cancha de cricket y crocket. Una gran piscina, cuya agua era renovada en forma constante, permitía a los pasajeros refrescarse en los cálidos días veraniegos.
Poseía un campo de golf y una edificación (confundida por algunos como una estación), en el interior de la cual los golfistas podían cambiarse de ropa y descansar de su juego, bebidas mediante.
Se ofrecían excursiones guiadas por baqueanos para recorrer los puntos de interés de la zona serrana; los pasajeros disponían de caballos y coches para este fin.
Había, además un amplio gimnasio cerrado.
En el interior del hotel, en un extremo, se encontraba la sala de billares.
Contaba con un gran salón de fiestas, en el que durante la temporada funcionaba todas las noches un cinematógrafo que ofrecía, a diario, programa nuevo.
Y por supuesto, el mejor entretenimiento para muchos: “el casino”.
Como vemos se proveían de actividades recreativas  para todos los gustos.
La construcción del hotel no estuvo exenta de situaciones dramáticas, dado que, durante su construcción, un ciclón provocó el derrumbe de paredes que ocasionó la muerte de varias personas.
Una crónica del diario El Censor, del 14 de junio de 1.910, bajo el título Ciclón en Las Sierras, da cuenta de tal situación:
“En la noche del sábado al domingo último desencadenóse a eso de la 1 A.M. un violento ciclón en las proximidades de “Sierra de la Ventana”, originando el derrumbe de cuatro paredes de 50 mts. de largo y 7 mts. con cincuenta centímetros de altura, del edificio en construcción con destino al gran hotel, que instalará a cinco leguas y media de distancia de la mencionada estación, la compañía anónima constituída con ese expreso propósito.
En el espacio comprendido entre dos de las paredes - que son de un ladrillo de espesor reforzadas con columnas y travesaños de hierro – habían instalado sus camas seis oficiales y peones del aserradero de los sres. Diego Meyer y Cía. de esta plaza que ha tomado a su cargo por contrato con el
constructor del edificio sr. Antonio Gerardi, toda la obra de carpintería del mismo.
Las dos paredes se desplomaron sobre los infelices obreros que en ese momento se hallaban tranquilamente entregados al reposo.
A corta distancia del lugar del derrumbe habitaban en carpas otros obreros que inmediatamente de sentir algunos lamentos se levantaron y encendiendo una gran fogata para alumbrarse porque la oscuridad era absoluta, dieron comienzo a la remoción de los escombros, logrando retirar de entre ellos herido de gravedad uno y levemente de dos a tres obreros y comprobando que los otros habían fallecido instantáneamente.
Los heridos se salvaron gracias a haberlos cubierto en cierta manera algunas chapas de zinc que amortiguaron el golpe de los ladrillos.
En las primeras horas del domingo, esto es, tan pronto como recibieron aviso, se trasladaron al lugar del suceso representantes de la autoridad policial y el médico de la repartición, los primeros para efectuar las averiguaciones de rigor y el último para prestar su asistencia profesional.
Hoy llegarán a esta ciudad los cadáveres de las tres víctimas y también los tres heridos.
Se estima que los daños materiales causados a la obra en construcción representa una pérdida de 50.000 pesos moneda nacional”.













martes, 2 de agosto de 2011

FCBAP Galpón de máquinas en Maldonado

En noviembre de 1.905, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación autoriza al F.C.B.A.P. (sección B.B.N.O.) para construir, según planos aprobados, una segunda vía entre la estación Bahía Blanca y el Km. 7 donde se estaba construyendo el galpón de locomotoras.
Al efectuar la doble vía, entre los dos sitios mencionados, el F.C. debía realizar una serie de obras complementarias, como fueron:

1).- El reemplazo del puente existente sobre el arroyo Maldonado de 10 mts. de luz, y construído en tres tramos, por uno nuevo conformado por dos bóvedas de ladrillo a la vista de 5mts. de luz, obra de arte que permanece hasta el día de hoy y puede apreciarse en calle Don Bosco y su intersección con el (ahora) canal Maldonado.

2).- Construcción de una alcantarilla doble de 0,60 mts. en el km. 4,859, esta obra también puede ser observada en el km. referido en calle (pasaje) Harding Green.

3).-  Construcción de un tanque doble de acero para reserva de agua (que permanece en la actualidad).

4).-  Construcción de una mesa giratoria (existente y en uso hoy en día).

5).- Construcción de los desvíos necesarios para el servicio de tracción y talleres.

El galpón de máquinas se hallaba completamente  terminado para enero de 1.907, según el diario Bahía Blanca, del 03 de enero de 1.907 :
“Hállase completamente terminado el nuevo galpón de máquinas del F.C.P.”

El acceso de las locomotoras se efectuaba mediante  dos vías (ambas con fosas de inspección),  que se ramificaban, mediante los desvíos correspondientes para conformar diez vías en el interior del edificio.
Con anterioridad a la construcción del galpón Maldonado, el galpón de locomotoras había  funcionado en el cuadro de la estación B.B.N.O., vecino a los talleres.

El maquinista “Avelino Bavio”, muerto en el accidente ferroviario de Alpatacal (1), había iniciado su vida de trabajador ferroviario en el galpón Maldonado a poco de su llegada desde España en 1.907, desempeñándose inicialmente como limpia-máquinas.

(1) El 07 de julio de 1927 se produce en las proximidades de la estación Alpatacal, un choque de trenes, uno de los cuales procedía  de Mendoza y transportaba cadetes chilenos y otro  procedente de la estación Retiro, Bs. As., en marcha hacia Mendoza.
Aparentemente sin respetar las señales de peligro el tren procedente de Mendoza no se detiene en la estación Altapacal y a pocos metros de sobrepasada ésta choca con el tren que procedente de Retiro venía reduciendo su marcha.
Investigaciones posteriores dan cuenta que la colisión se produjo  por fallas del personal de tierra.
Los restos de Avelino Bavio, muerto en la tragedia de Alpatacal, fueron  trasladados a Bahía Blanca por decisión de la familia, dadas las vinculaciones familiares y de amistad que el extinto tenía en ésta.
Desde la estación Sud, adonde llegó el féretro de Bavio, fue trasladado a Maldonado para ser velado y a las 10 hs. del día siguiente, 14 de julio, el cortejo fúnebre partió de la estación B.B.N.O. hacia el cementerio local.
Según crónicas de la época la catástrofe arrojó un saldo de 28 muertos (12 militares chilenos y 16 empleados del F.C.B.A.P.) y 85 heridos, entre leves y graves.
Entre las víctimas militares figuraban cadetes, oficiales, suboficiales y soldados y entre los trabajadores ferroviarios, inspectores, maquinistas, foguistas y camareros.
Con fecha 11 de octubre de 1927   el Congreso por ley Nº 11.396 cambia la denominación de la estación Alpatacal por Cadetes de Chile, en honor a los militares muertos en el accidente.

Galpón Maldonado foto Marano colección Ferrowhite

Galpón Maldonado foto Marano colección Ferrowhite

Galpón Maldonado foto Marano colección Ferrowhite

Galpón Maldonado (hoy Taller)